miércoles, 27 de julio de 2011

"Tímidos, avergonzados, torpes, como un tigre al que le ha salido mal el salto: así, hom-
bres superiores, os he visto a menudo apartaros furtivamente a un lado. Os había salido
mal una tirada de dados.
Pero vosotros, jugadores de dados, ¡qué importa eso! ¡No habíais aprendido a jugar y a
hacer burlas como se debe! ¿No estamos siempre sentados a una gran mesa de burlas y de
juegos?
Y aunque se os hayan malogrado grandes cosas, ¿es que por ello vosotros mismos - os
habéis malogrado? Y aunque vosotros mismos os hayáis malogrado, ¿se malogró por ello
- el hombre? Y si el hombre se malogró: ¡bien!, ¡adelante!"

F.N

viernes, 15 de julio de 2011

"El hombre es un gato mojado"

Un árbol es una raíz seguida de un tronco con ramas de las que cuelgan hojas y frutos, a veces.
Un hombre es un árbol invertido.

No fue el amor, fue la estética

Primero sobre la cabeza, por consiguiente en el corazón, luego fue el verbo, por voluntad creado.
Fue la melodía, ese dios infantil, fue el sinsentido, el contagioso ritmo, la fuga desde aquel otro universo ocioso. Se abrieron dos ojos, ya despiertos en la eternidad, ahora mirando el reflejo en el espejo que inmaculado yacía en el antecosmos. Se abrió una herida por donde fue expulsada la semilla en el interior, hacía el reflejo, preñando la vida, implotando en el ya irremediable juego, en las rizas y los futuros olvidos. No fue el amor, fue la estética. Fue el amor sin amor, el auto-amor, la ilusión de un otro-otra, la masturbación, la razón vino luego.

martes, 12 de julio de 2011

Venus infinita, matria mía

Las tierras caídas volverán a levantarse, repobladas las ramas de savia y las raíces de barro, porque nunca fuimos creados, serán nuevamente, y porque viva está la simiente, de vuelta en su núcleo omnipresente, tragada a sí misma y pronta a bisada proyectarse.
Desde dentro hacia fuera, implotando primero negra como el sol, blancos pétalos de loto luego surcarán por las verdes llanuras de la antigua, de la infinita Atlántida, y rojos los hombres se levantarán en el nuevo amanecer.

miércoles, 6 de julio de 2011

Darle hora al ocaso

"Crear - ésa es la gran redención del sufrimiento, así es como se vuelve ligera la vida. Mas para que el creador exista son necesarios sufrimientos y muchas transformaciones.
¡Sí, muchos amargos morires tiene que haber en nuestra vida, creadores! De ese modo sois defensores y justificadores de todo lo perecedero.
Para ser el hijo que vuelve a nacer, para ser eso el creador mismo tiene que querer ser también parturienta y los dolores de la parturienta.
En verdad, a través de cien almas he recorrido mi camino, y a través de cien cunas y dolores de parto. Muchas son las veces que me he despedido, conozco las horas finales que desgarran el corazón.
Pero así lo quiere mi voluntad creadora, mi destino. O, para decíroslo con mayor honestidad: justo tal destino - es el que mi voluntad quiere."

Así habló Zaratustra.

Extracto parágrafo 40 de Ser y Tiempo.

"La angustia no es sólo angustia ante... sino que, como disposición afectiva, es al mismo tiempo angustia por... Aquello por lo que la angustia se angustia no es un determinado modo de ser ni una posibilidad del Dasein. En efecto, la amenaza misma es indeterminada y, por consiguiente, no puede penetrar amenazadoramente hacia este o aquel poder-ser concreto fáctico. Aquello por lo que la angustia se angustia es el estar-en-el-mundo mismo. En la angustia se hunde lo circunmundanamente a la mano y, en general, el ente intramundano. El "mundo" ya no puede ofrecer nada, ni tampoco la coexistencia de los otros. De esta manera, la angustia le quita al Dasein la posibilidad de comprenderse a sí mismo en forma cadente a partir del "mundo" y a partir del estado interpretativo público. Arroja al Dasein de vuelta a aquello por lo que él se angustia, hacia su propio poder-estar-en-el-mundo. La angustia aísla al Dasein en su más propio estar-en-el-mundo, que, en cuanto comprensor, se proyecta esencialmente en posibilidades. Con el "por" del angustiarse la angustia abre, pues, al Dasein como ser posible, vale decir, como aquello que él puede ser únicamente desde sí mismo y en cuanto aislado en el aislamiento."

M. Heidegger.