viernes, 15 de julio de 2011

No fue el amor, fue la estética

Primero sobre la cabeza, por consiguiente en el corazón, luego fue el verbo, por voluntad creado.
Fue la melodía, ese dios infantil, fue el sinsentido, el contagioso ritmo, la fuga desde aquel otro universo ocioso. Se abrieron dos ojos, ya despiertos en la eternidad, ahora mirando el reflejo en el espejo que inmaculado yacía en el antecosmos. Se abrió una herida por donde fue expulsada la semilla en el interior, hacía el reflejo, preñando la vida, implotando en el ya irremediable juego, en las rizas y los futuros olvidos. No fue el amor, fue la estética. Fue el amor sin amor, el auto-amor, la ilusión de un otro-otra, la masturbación, la razón vino luego.

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